miércoles, 8 de febrero de 2012

Lo de ET no es casualidad

  
Hace ya unos meses leí esta columna de Elvira Lindo cuando iba en un avión, no sé si hacia un lado o hacia otro, de ida o de venida que ya confundo dónde está mi hogar. Y me encantó. Me gustó mucho porque de alguna manera, quizás más sutil, me sentí muy identificada con ella. 


Sé lo que es quedar con un amiga (o amigo) y verla con el Iphone o la Blackberry amorrada como si no hubiera mañana. Contenta como una loca al oír la campanilla y sonreír como una boba por ese mensaje que ha recibido. Mensaje que tú, efectivamente, te imaginas revelador, suculento y, como poco, picantón. Y que encima no te cuenta.


Cuando uno está fuera de la órbita tecnológica, llega un momento en el que piensas que si no te pones las pilas, te va a quedar atrás. Te proyectas al 2035, con tu cuerpo de señora, preguntándole a tus hijos cómo se enciende y se apaga la próxima máquina infernal que tendremos para calentar la leche y te entra el pánico. Te entra el pánico y te lo meten los demás, que te insisten que si no tienes Whatsapp, estás cavando tu propia tumba social...


Así que te lanzas a la piscina, te instalas todas las aplicaciones que te van a reanimar la vida y te das cuenta de que la vida, emoción arriba emoción abajo, sigue igual. Que esos mensajes secretos, reveladores y suculentos, no son nada picantones, si no más bien una "alerta" de que alguien a clicado un "me gusta", y posiblemente poco más. Pero molan. Molan bastante.


Reconozco que llevo dos días fundiéndome la batería de la BlackBerry (porque no me da la vida para un Iphone) en menos de una mañana. Dándole a todos los botoncitos, mandando mogollón de muñecos sonrientes, amorosos, cabreados, peces, montañas, soles y cacas. Reconozco que me encanta mandarme whatsapp con mi madre (me acaba de mandar una foto guay), con mi sobrino Guillermo y con todo el mundo. Reconozco que tiene su gracia y me llenan de ilusión. Pero tengo miedo de pensar cómo vamos a acabar. Vaticino un mundo lleno de gordos, como en Wall-E, con los pulgares como cuellos de jirafa. Que lo de ET no era casualidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario