jueves, 17 de febrero de 2011

Requiem por un sueño



Estoy preocupada. Estoy preocupada pero en serio porque de ocho entradas que he escrito en este recién estrenado blog, en más de tres o cuatro ha salido por un lado o por otro OT. No sé qué me está pasando. Vamos a ver, ¿pero qué me está pasando?, ¿qué clase de espectro demoníaco está jugando conmigo y con mis pensamientos? Con la de cosas monas, chulas, interesantes o no, tristes y emocionantes que tiene la vida y hoy, de nuevo, no me sale nada más por los dedos que el puto OT. No puedo evitarlo. Generalmente no soy tan así, ¿eh?


Hoy, en particular, he hecho el esfuerzo de inspirarme pero reconozco que la decisión que ha tomado Telecinco de arrasar con los sueños de los concursantes y las risas de los que lo vemos en casa, me ha parecido muuuuuuy fuerte. ¿Cómo puede ser que a cualquier hora del día esté saliendo por la tele el Yago ese, de Gran Hermano, bailando bakalao en abanderados y que les merezca la pena? De verdad. Es que no lo entiendo. Me parece aberrante. 


Hace poco le vi en el 24h, que manda cojones que a estas alturas de la vida haya un 24h de semejante rollo, comiéndose uno platazo de espaguetis. Y me dio un ascazo... ¡A mi! ¡Que soy una enferma de la pasta! Diooooos, qué poto al recordarlo. En serio. No pasaba nada más. Ahí estaba él, en esos calzones con los que se debe encontrar estupendo, metiéndose unos tenedorazos bestiales de espaguetis sentado en un taburete. ¡Y nada más! Sefiní. Esperé un poco a ver hasta dónde podía llegar aquello. Cambiarán de plano, digo yo. Pues no. Yago metiéndose bolas de pasta de esas que hasta hacen daño al pasar. Y luego van los de Telecinco y deciden acabar con OT. Pues no lo entiendo.


Nunca he sido muy fan de OT, menos en la primera edición, como todo el mundo, que fue un bombazo. Pero, mira, con esta me había enganchado. Me parecían concursantes bastante variopintos sin necesidad de caer en personas topicazas ni personajes. Les he cogido cariño. Odio también, claro, a los que se lo ganan a pulso con sus tics odiosos. No sé, estaba yo contenta con esta edición. Y van y se la cargan. ¡Pues no! Estoy indignada y juro que después de la gala del domingo, voy a exorcizarme y a poner incienso a tutiplen por toda la casa para no volver a ser poseída por el espíritu de Telecinco.


A todo esto, ¿los chavales saben algo del tema o piensan subir audiencia con los infartos que van a retransmitir en riguroso directo? Reconozco, bajando la cabeza, que me da un morbo la final que no veas. ¿Qué va a pasar?, ¿a que se le alisa el pelo a Nina de la impresión? Como gane Alex, buaaaaah...monto un pifostio. 


Os dejo un video para que le odiéis también y le mandemos mucha energía negativa. Aunque sea feo hacer estas cosas.









2 comentarios:

  1. No puedo odiarle: es un amante de los perros! jajajajajajajaja.
    Ahora que se acaba OT puedes escribir un post sobre las mujeres conductoras de autobús, que sé que es un tema que te trae loca desde hace unos años. Beso desde Madrí.

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  2. Jajajajajjaaja! Ay, tia, no le puedo odiar mas...! BRRRRH!! JAjajjajja, sigo riéndome cada vez que me acuerdo de lo de los autobuses...jajajajaja! Anda, que...

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