Mal de otros, consuelo de listos

Cuando uno está de bajona o de resaca, que es lo mismo pero mucho peor, es vital para no caer en el abismo cuidarse el cuerpo y la mente. Yo el cuerpo me lo cuido con una buena pizza congelada sabor "nada" (vaya, sólo de tomate y queso) o una PimPamPollo con patatas, si es que me entra, todo ello regado con La Casera con hielos, que la coke a estas edades me pone el corazón como el de Induráin y una ya no está para sustos. Creo que la Sampedro tampoco. De postre, si quedan en el congelador, me tomo un Drácula atemperado para que no me den calambre los dientes o un Chunky Monkey, mi favorito. Que en esos momentos se está ya bien jodido como para que, encima, el triste hielo de la capita de cola te de un latigazo en la paletilla. 
La mente la cuido viendo algo agradable del videoclub, postducha, que estando el patio como está no queda más remedio que alquilar, obvio. Y además, el paseo y el ambiente de allí son agradables. La última vez que estuve en las puertas del averno alquilamos Gru, mi Villano Favorito; una peli estupenda que recomiendo a todo el mundo, haya habido juerga flamenca la noche anterior o no. Cosas agradables, nada de sustos ni dramas, sólo faltaba.


Qué putada es hacerse mayor y como lo nota el cuerpo. 


Dentro de poco, espero, estrenan la segunda parte de Resacón en Las Vegas. ¡¡BIEN!! Esta vez, el ciego se lo pillan en Tailandia. Y la verdad es que ardo en deseos de alquilarla. Primero porque me hace mucha risa las tonterías exageradísimas que les pasan y, segundo, porque siempre es una gozada ver que alguien se encuentra muchísimo peor que tú después de haberla liado un poco parda. Aunque los niveles no tengan nada que ver, claro. Es cruel, pero el mal de otros no me parece para nada un consuelo de tontos.


Qué tristeza. Qué viejuna estoy. Antes, que salía hasta las mil y luego estaba fresca y reluciente como un unicornio blanco y ahora, que me tomo dos cañas y me acuesto a las 00h30, ya estoy como para pasar una mañanita en el Centro Médico Cedars-Sinaí.


Amigas, si tenéis pensado contraer matrimonio y montar un buen juergón o montar un buen juergón sin contraer matrimonio, hacedlo pronto. Porque, no nos vamos a engañar, no tenemos la edad ni el aguante de Lindsay Lohan. No es que haya ninguna necesidad de darlo todo hasta que perdamos el recuerdo de cómo nos llamamos ni a dónde vamos. Tampoco encontraría normal despertarme y veros a alguna de vosotras por la mañana sin un piño pero, chicas, es que creo que como sigamos así, sólo vamos a poder chutarnos bien de azúcar con unos cup cakes, que ahora son lo último, y ¡hasta el amaneceeeeeeer!


Os dejo el trailer: