sábado, 21 de mayo de 2011

En el fondo somos unas cursis



Que los hombres y las mujeres no tenemos nada que ver los unos con los otros no es ninguna novedad. No tenemos nada que ver pero generalmente nos llevamos bien entre nosotros. Nos gustamos, nos caemos bien y nos intercambiamos saberes de la vida que hacen que aprendamos cosas buenas. Nos hace ser mejores personas y más interesantes. Es lo que tiene el amor en todas sus expresiones, vaya. Pero parecernos los hombres y las mujeres, nos parecemos poquito.


Como es lógico, ningún ser humano tiene nada que ver con otro sea del sexo que sea pero, como somos tantos y se acaban produciendo bastantes coincidencias, se puede generalizar. Hablamos de tópicos heteracos.


A ellos les gustan más los deportes, las cervezas grandes y no las cañitas, los chuletones, las tetas grandes, el hiphop, los motores con muchos caballos, las cosas con aceite, el pelo suelto en las chicas y comprarse teles de 42 pulgadas como poco.


A nosotras nos gusta oler a colonia nenuco, las flores, escribir en un cuaderno con el mismo boli, recogernos el pelo, las patatas, los cachorros, hablar por teléfono, las buenas sorpresas y ver películas de miedo.


¿Alguien conoce a algún tío que le gusten las películas de miedo? Joder, estoy haciendo un repaso mental a los chicos que tengo a mi alrededor y prácticamente a ninguno les gustan. A alguno sí, vaya, pero a muy pocos. Se ponen de los nervios, se angustian, les dan un palo quetecagas. ¿Qué os pasa? No las podéis soportar.


En cambio, hago un repaso de las mujeres que conozco y a todas, a prácticamente todas, lo que realmente les gusta es ver una buena película de terror. ¿Por qué?, ¿será que en el fondo somos un poco gilipollas? Porque nos cagamos vivas, eso está claro, y luego lo pasamos fatal. ¿Será que nos mola meternos en la cama y arrimarnos como pollitos al calor humano? 


En el fondo somos unas cursis. Porque luego la de El Exorcista (joder, me da miedo hasta escribirlo) no la vemos y en cambio sí que la han visto ellos y además les parece una chorrada y se descojonan.


Como Kike me quiere mucho, de vez en cuando me deja alquilar la más chunga que encuentro. Y nos partimos de la risa, cogiéndonos mucho, con la manta y los cojines y luego acompañándome al baño a hacer pis, que sola me da palo. Eso sí, que mis horas de surf he pasado, ¿eeeh?...


Qué bueno es compartir, dar y recibir!

No hay comentarios:

Publicar un comentario